¿Cómo cuidamos el amor?
Como ya sabemos, lo primero que va disminuyendo es la pasión, pero como la intimidad, el cariño y el compromiso van aumentando nos “dormimos en los laureles”, considerando que “es lo natural”.
Si dejamos de tener relaciones sexuales con asiduidad, o las tenemos de forma monótona, la “chispa de ilusión” desaparece, y eso provoca añoranza y tristeza. A continuación también decae la intimidad: “no tenemos nada que decirnos”, “no nos reímos juntos”. Y por otro lado, el compromiso va en aumento “estamos pagando la hipoteca”, “los niños tienen muchas necesidades”… etc. No es de extrañar que se pueda llegar a un aislamiento emocional en la pareja, incluso a separaciones.
En una relación amorosa prolongada es muy importante cultivar el amor romántico erótico, se trata de una actitud.
Nuestro aspecto (de él y de ella) ha de ser cuidado dentro de casa. Podemos ponernos ropa cómoda, pero que nos favorezca, y sentirnos bien, es decir, procurar estar atractiva.
No olvidar las risas y las bromas eróticas al oído, son de lo más estimulante y sano.
No olvidar decirle a nuestra chica que la amamos, y a nuestro chico lo que nos gusta de él, lo que hace bien, apoyarle, estimularle. No importa que ya lo sepa, seguro que le gusta oírlo.
No criticarle. Hablar con él o ella de la misma forma positiva y confiada que al principio.
Arreglarnos para encontrarnos fuera de casa, como si se tratara de una conquista.
Programar citas eróticas con velas, vestido escotado, tacones, ropa interior especial, o sin ella, depende de los gustos. Esto acostumbra a gustar mucho a las mujeres. El, por su parte llévale una flor, o algo especial… y los niños, si los hay, procurar que no estén para que nada interrumpa la magia. Etc. etc.… pon en marcha tu creatividad.
¿Qué desea mi pareja en las relaciones sexuales?
Muchas veces, con la mejor voluntad, damos a la pareja lo que nos gusta a nosotros, no lo que le gusta a ella o él, ya que en realidad lo desconocemos, y este desconocimiento hace que al terminar de hacer el amor se efectúe a la pareja preguntas cerradas como por ejemplo:
– ¿Has terminado?
– ¿Te ha gustado?
– ¿Soy un buen amante?
– ¿Te gusta que hagamos…tal cosa? Etc.
Estas y otras preguntas cerradas solamente dan pie a una respuesta afirmativa o negativa, pero nos dará poca información de los gustos, preferencias, sensaciones, vergüenzas, etc.
¡Todos desearíamos ser unos buenos amantes para nuestra pareja!…pero ¿cómo hacerlo? Muy sencillo: preguntándoselo, hablando del tema de la forma más cariñosa y sincera posible.
Si realizamos preguntas más abiertas tendremos más oportunidad de tratar el asunto y llegar a un entendimiento y conocimiento más profundo de nuestra pareja, así como conocer su escala de preferencias. Por ejemplo:
– ¿Con qué disfrutas más cuando hacemos el amor?
– ¿Cuáles son tus fantasías sexuales?
– ¿De qué forma te gustaría que hiciéramos el amor?
– ¿Cómo te gusta que te acaricie? ¿Qué te excita más?
– ¿Qué te parece… el sexo oral?
Hablar con cariño y complicidad de sexo provoca en la pareja una activación de toda la relación, no solamente del aspecto sexual. Los dos miembros de la pareja (especialmente la mujer), se sienten comprendidos, y (especialmente el hombre) sienten confianza y aceptación, y esto da como consecuencia una mejoría notable en las relaciones.
Están relacionados con este tema los problemas de pareja y las relaciones de pareja.
Dra. Elisa Urbano
Doctora en psicología y Coach