Inseguridad, baja autoestima

La seguridad en uno mismo se puede aprender?

Sí, se puede aprender. 

Hay personas que dicen “es que yo soy muy timido o timida”, “me cuesta mucho iniciar una conversación”, “decir NO cuando desearía hacerlo”, “expresar molestia o desagrado”, “hablar en público o enfrentarme a los superiores” etc… Es que yo soy así. Pues no, no eres así, es algo que has aprendido, y con técnicas de conducta y procedimientos emotivos (ver explicación más abajo) puedes aprender a actuar de otra manera y sentirte mucho mejor, menos enfadado con los demás.  

Estas conductas poco asertivas provocan un sentimiento de auto recriminación, entonces tenemos un concepto muy pobre de nosotros mismos y, como consecuencia, no confiamos en que cuando se nos vuelva a presentar una situación adversa podremos salir airosos de ella, de forma que provoca bajo autoconcepto y baja autoestima

Es como un circulo en el que si no actúas bien, no tienes seguridad de que sabrás actuar bien, y estas dudas provocan que vuelvas a actuar con inseguridad. 

Para conseguir tener confianza en uno mismo y seguridad en que, se presente la situación que se presente, vamos a actuar de forma que nos sintamos satisfechos. Analizaremos las situaciones personales y facilitaremos un conjunto de estrategias y capacidades de actuación aprendidas, incluyendo comportamientos verbales y no verbales, dirigidas a la obtención de reforzamientos sociales tanto externos como internos (auto refuerzo, autoestima) potenciando los recursos existentes en cada persona.

Técnicas conductuales

En psicología se utilizan diversas técnicas para aprender y practicar la conducta deseada que tanto cuesta llevar a cabo. Se utiliza, por ejemplo la técnica de las dos sillas, u otras más. Son procedimientos emotivos. Ésto significa que éstas técnicas serán efectivas si se llevan a cabo sintiendo lo que se está haciendo, no de una forma mecánica.

La técnica de los dos sillas (terapia de la Gestalt y de la Psicología humanista)

Ésta técnica resulta muy efectiva. Se trata de ponerse en la propia silla practicando diciendo, por ej. “Lo que yo no me atrevo a decir” (atreviéndote a decirlo y sintiendo cómo te sientes).

Después te has de sentar en la silla de la otra persona con la que has de confrontar. Y respondes como crees que responderá esta persona.

Vuelves a cambiar a tu silla y le dices lo que tu quieres decir.

Esta técnica podrías probarla, ya que, aunque es más difícil sin modelador, el solo acto de oírte a ti mismo decir lo que quieres decir, te ayuda a darle valor a tus palabras. Aunque, al principio no te salga bien, se trata de un aprendizaje, y poco a poco lo harás mejor cada vez. Te recomiendo que comiences por algo más fácil, y después ya irás aumentando la dificultad.

Te recomiendo que, antes de comenzar, leas el Test de asertividad y autoestima.

Dra. Elisa Urbano
Doctora en psicología y Coach