Falta de deseo sexual, frigidez

El termino frigidez se utiliza muchas veces de forma inexacta y peyorativa para referirse a todas las formas de inhibición de la respuesta sexual femenina, desde la falta de reacción de excitación erótica hasta distintos niveles de inhibición orgásmica.

Es por lo tanto un  término confuso que es necesario delimitar, tanto en el tipo de respuesta (que como hemos dicho es distinta problemática la falta de excitación de la falta de orgasmo) como en el nivel de la misma, ya que puede ser absoluta, situacional o aleatoria, y a su vez primaria o secundaria, así como en la etiología de la misma. 

La falta de deseo sexual puede darse tanto en hombres como en mujeres. Tal como se explica más adelante, hay situaciones de estrés laboral, depresión y diferentes tipos de conflicto que afectan negativamente en el interés por el sexo a ambos géneros.

En algunos casos en los que se da una falta de deseo en la esposa, pero no en el marido, estudios recientes indican que algunas mujeres soportan las relaciones sexuales, nada excitante para ellas, de manera que su marido pueda eyacular rápidamente y terminar el coito. Pero participar de este acto y presenciar la satisfacción y el placer que él recibe, mientras que ella se limita a prestar su cuerpo, puede ser muy frustrante y desalentador para la mujer. Para contrarrestar tales sentimientos en ocasiones él la presiona para que se excite, y precisamente esto inhibe aún más la respuesta sexual de ella. Como resulta obvio no es esta la mejor manera de actuar, ni por parte de ella ni por parte de él, sino que lo que más les conviene a ambos es realizar una terapia sexual que les oriente para solucionar este problema y poder disfrutar de sus relaciones de pareja.

¿porque falta el deseo sexual?

Existen determinantes tanto biológicos como psicológicos de esta disfuncion sexual, veamos:

Determinantes biológicos

De acuerdo con H. Singer (1978) los efectos de enfermedades, como el estrés crónico, la depresión, la frustración y el conflicto pueden producir cambios endocrinos significativos capaces de disminuir el nivel de andrógenos. Es lógico que una persona que teme perder su trabajo, o que se sienta atrapada y deprimida, puede producirse una disminución del nivel de andrógenos, y por lo tanto el sexo sea lo último que le viene a la mente.

Existen otros factores biológicos que influyen negativamente: son algunas medicaciones y las drogas, ya que implican una alteración química de los nervios que regulan la respuesta sexual, y que actúan primordialmente sobre el cerebro.

Arnold Kegel opina que la falta de uso, la debilidad, el escaso tono o la fibrosis de los músculos de la vagina contribuyen a generar una incapacidad para el orgasmo. Coincidimos con él, y de hecho, en terapia se recomiendan los ejercicios de Kegel.

Determinantes psicológicos

Existen algunas causas de disfunción que se deben a una educación muy represiva, que se da generalmente en la mujer, originado en muchos casos por el miedo de los padres a que se quede embarazada. Esta educación puede provocar la sensación de que el sexo es algo negativo, en cuyo caso ella no se atreve a solicitar la estimulación que necesita, en muchas ocasiones porque ni siquiera es consciente de sus propias necesidades.

Otras veces puede deberse a la ignorancia sexual por parte de la pareja. Puede ser  que el marido sea poco sensible a las necesidades de su mujer, pensando únicamente en sus propios deseos, y creyendo de forma errónea que la falta de deseo de ella es de absoluta responsabilidad de su mujer. En estos casos el hombre no conoce qué puede aportar él para facilitar la relación de pareja. En una terapia de pareja se pueden descubrir las carencias de cada uno y reconducir la situación.

Terapia

En cada caso es necesario analizar en terapia que conflictos se dan, el tipo de relación, cuales pueden ser las causas diádicas (de la pareja) de las disfunciones sexuales, así como las causas de disfunciones sexuales aprendidas.

La manifestación sexual se halla sometida a diferentes influencias, como son los recuerdos, las experiencias vividas, emociones, pensamientos y asociaciones. Estas influencias, pueden tanto perjudicar si las experiencias y emociones vividas han sido negativas, como favorecer incrementando el deseo sexual si han sido positivas, por ejemplo cuando ha estado favorecido por el amor y la fantasía.

No obstante, no hay que alarmarse, ya que esta situación no es definitiva, mediante una terapia psicológica científica y bien planificada, que se adapte a la situación y problemática individual de cada persona podemos solucionar el problema.

Podéis ver el test de disfunciones sexuales, para observar de qué forma comenzó, cuándo, etc.

Dra. Elisa Urbano
Doctora en psicología y Coach

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