Estrés

Nueve de cada diez personas padecen estrés

Según el Colegio de Psicólogos de Cataluña (Infocop 28/3/2018) Nueve de cada diez personas en España han sentido estrés en el último año y cuatro de cada diez lo ha hecho de manera frecuente o continuada, porcentaje que equivale a casi 12 millones y medio de españoles. 

En estos momentos, con los problemas creados por el Covid, la situación ha empeorado bastante. El mismo Colegio de Psicólogos indica que esta situación está generando un nuevo y mayor impacto en nuestra salud mental.

La organización Mental Healt Europe, ha querido concienciar sobre el grave problema del estrés en la situación actual, estableciendo una serie de recomendaciones para poder lidiar con el estrés durante estos tiempos difíciles

CPC y Mental Healt Europe.

Recomienda, por ejemplo seguir una rutina diaria, realizar ejercicio físico, limitar las noticias, pasar tiempo en la naturaleza y tener una respiración controlada, etc. Estamos de acuerdo con ello. Para tener una respiración controlada – muy importante para reducir el estrés- les recomendamos hacer relajación.

El estrés provoca ansiedad

¿Qué es la ansiedad?

La ansiedad puede ser definida como una respuesta emocional o patrón de respuestas que engloba aspectos fisiológicos. Están caracterizados por un alto grado de activación del sistema nervioso autónomo y aspectos motores que suelen implicar comportamientos escasamente adaptativos.  

La ansiedad es una sensación experimentada por todos en mayor o menor medida en nuestra vida cotidiana. Cuando se produce con niveles moderados nos ayuda a enfrentarnos a las situaciones facilitando nuestra motivación para actuar aumentando nuestro rendimiento. También nos mantiene alerta ante las situaciones desconocidas. 

Pero si alcanza niveles exagerados, esta emoción normalmente útil puede dar lugar al resultado opuesto: impide enfrentarse a la situación, paraliza y trastorna la vida diaria, provocando malestar, e incluso en muchas ocasiones impide llevar una vida normalizada. 

Se puede conocer si el nivel de ansiedad es excesivo observando si se presentan síntomas físicos como alteraciones del sueño, del apetito, dolor de cabeza, del cuello, mayor deseo de fumar, tomar café o alcohol, tensión muscular, hiperventilación, etc. Si se presentan pensamientos de preocupación, autodevaluativos, comparación desfavorable con otras personas, el futuro se ve negro, tu estado de ánimo está más bajo de lo normal y se producen sentimientos de miedo, desesperanza.  

La respuesta de ansiedad puede provocarse tanto por estímulos o situaciones externas, como por estímulos internos al sujeto, como pensamientos, ideas, imágenes, etc. 

Las características personales del sujeto -como son su estructura biológica o tendencias hereditarias, más el aprendizaje por medio de sus experiencias vitales- acostumbran a determinar su predisposición a manifestar reacciones de ansiedad ante las diversas situaciones. 

En el ámbito de las relaciones interpersonales el trastorno de ansiedad más relevante es el de la fobia social, que comienza sufriendo el sujeto timidez y dificultades de relación a causa de un exceso de ansiedad social. Muchas de estas personas pueden considerar que son tímidos y que no podrán cambiar, pero no es así, una buena terapia en habilidades sociales es muy efectiva y les solucionaría su dificultad.  

En cualquiera de estas problemáticas la persona se siente ansiosa casi todo el tiempo. Muchas personas no entienden estos trastornos y piensan que deberían sobreponerse a los síntomas usando tan sólo la fuerza de voluntad, pero no da resultado. Es necesaria una intervención terapéutica rigurosa que facilite estrategias que permitan aprender a controlar la ansiedad llevándola hasta niveles razonables, y aprovechar su carácter motivador para que, en lugar de deteriorar el rendimiento, lo facilite.

¿Qué ocurre cuanto sentimos ansiedad?

Decíamos que provoca comportamientos escasamente adaptativos. El motivo es que antropológicamente, la ansiedad se producía en el ser humano, por ejemplo cuando veía cercano un león. Se producía un nivel de activación del sistema nervioso autónomo en el que ce acelera la respiración, para facilitar al sistema motor «salir corriendo». El estómago no necesita trabajar con el mismo fin, de forma que lo primordial es ¨huir¨ para salvar la vida.

Pero ocurre que, en la actualidad han cambiado los peligros: no hay leones, hay unos problemas que agobian, pero la reacción de nuestro organismo es la misma. Algunas personas, si la ansiedad no es generalizada, cuando comienzan a notar esa sensación, han probado de ponerse a correr un rato, y han manifestado sentirse mejor, más tranquilos. 

Tratamiento del estrés

El tipo de tratamiento se ha de escoger de acuerdo con el tipo de problemática (no es lo mismo una ansiedad generalizada, que una agorafobia o una fobia social, o un TOC). También se ha de atender a los recursos existentes en la personalidad del paciente. 

Pero si se trata de un estrés puntual provocado por una situación concreta, lo mejor es un afrontamiento como se explica en la ansiedad:

Se han de conocer primero los miedos, ya que la ansiedad engloba muchos miedos, unos concretos y otros abstractos. Éstos abstractos son lo que más angustia provocan: no es lo mismo tener miedo a algo concreto con lo que la persona se puede enfrentar, que enfrentarse a una mezcla de miedos terribles que no se sabe lo que son y no sabe qué puede pasar. 

Puede ser también de su interés el tema ansiedad, ya que está muy relacionado y es más específico en el aspecto biológico. También ayuda la relajación porque ayuda a aprender a respirar.

Dra. Elisa Urbano
Doctora en psicología y Coach